Nació en 1897 y dejó su huella en el transporte nacional. En el mes de la Mujer recordamos su valiente historia signada por su Modelo B y las rutas del país.
“Los felices años veinte” de Estados Unidos despertaron en las mujeres, tradicionales amas de casa y madres devotas, una verdadera revolución. En 1920 y gracias a la aprobación de la XIX Enmienda a la Constitución obtuvieron el derecho al voto. Un cambio radical en sus vidas. Cansadas, dejaron el famoso y ajustado corsé y lo cambiaron por faldas cortas, jazz, maquillaje y el derecho a buscar su propia identidad (al menos con la vestimenta). Conducían a alta velocidad y comenzaban, por fin, a obtener notoriedad en diferentes ámbitos laborales y sociales. La mujer sumisa y regida por las normas victorianas estaba muriendo.
En este contexto se encontraba Luella Bates. Nacida en 1897, se convirtió en la primera mujer conductora de camiones conocida que encima contó con licencia. Ella era una de las empleadas de Four Wheel Drive Auto Co. Por sus habilidades fue elegida conductora a prueba de un camión FWD entre 1918 y 1922. Justo en medio ocurrió la Primera Guerra Mundial que convulsionó al planeta. Eran tiempos complejos y ella manejaba su camión Modelo B por los caminos de Wisconsin. Tras la guerra sus cinco compañeras de trabajo fueron despedidas. Sólo ella, la conductora, permaneció, pero como manifestante.

Dos años desde sus inicios al volante, Bates llevó su Modelo B a Nueva York. Allí asistió al Auto Shop y se reunió con el secretario de Estado de NY, Francis Hugo, quien le otorgó la primera licencia de conductor que le haya entregado este estado a una mujer. Un hecho sin precedentes.
Sus caminos se abrieron aún más, Four Wheel Drive decidió enviarla en 1920 a tres giras transcontinentales. Bates fue la cara de la empresa en una publicidad que buscaba demostrar que los camiones eran tan fáciles de manejar que hasta una mujer podía hacerlo. Sin embargo, para Luella era una gran victoria. Considerando el pensamiento del momento, ella había ganado una inmensa batalla.

Más de 25 ciudades contaron con su paso. Tanto fue el éxito que en mayo de 1920 llegó a las revistas. Popular Science habló sobre ella en su publicación y dijo que era la “prueba A de eficiencia femenina”. Además de una gran conductora, Bates era mecánica. Lo que le permitía mantener su camión en caso de ser necesario. A finales de 1920, Luella ya transitaba los estados del sur y era tan querida que se la mencionaba como “nuestra chica conductora”.

En 1922 se mudó a Milwaukee, donde se casó con Howard Coates. El resto incluyó dos hijos, nietos, bisnietos y un pasado asombroso donde ella, Luella, desafió y marcó la historia del transporte nacional.
Saint George Insurance Brokerage Inc, les desea feliz día internacional a todas las mujeres que transformaron la historia, adentro y afuera de sus hogares.